Depresión es una palabra que engloba mucho más que un estado de ánimo deprimido. Los criterios diagnósticos y escalas de calificación que utilizamos ¿recogen realmente la complejidad y la heterogeneidad de esta patología?, ¿tienen pacientes y médicos los mismos objetivos terapéuticos básicos? Estos son algunas de las cuestiones que se debatieron en un simposio satélite celebrado durante la jornada inaugural del congreso del ECNP de 2015.
No existe la menor duda de que el desánimo y la anhedonia son síntomas fundamentales de la depresión. Pero cuando se diagnostica y se evalúa el trastorno depresivo mayor (TDM) y se piensa en priorizar la curación de los síntomas o cuando se intenta definir la remisión, el TDM muestra complejidades sutiles y diferentes caras.
En su ponencia durante el simposio presidido por el Profesor Berhard Baune, Australia, y titulado “Definición de la remisión en la depresión: ¿es suficiente la MADRS?”, el Profesor Koen Demyttenaere, de la Katholieke Universiteit, de Lovaina, Bélgica, instó a los asistentes a recordar que la depresión es algo más que un estado de ánimo deprimido.
Destacó que en los criterios actuales del DSM-5 están centrados en el estado de ánimo, pero incluyen otras características, como el efecto del TDM sobre la capacidad de pensar, concentrarse o decidir, y señaló que estos criterios solo permiten aplicar un único diagnóstico, TDM, a pacientes con características y síntomas diferentes, o incluso que no tienen ninguno en común. Por ejemplo, los síntomas de insomnio o hipersomnia se presentan mezclados en los criterios, a pesar de que sus efectos en los pacientes son opuestos, y comentó que los déficits cognitivos, que son frecuentes en la depresión, podrían ser ignorados.
Ilumine y observe más de cerca
En cuanto a las definiciones de remisión de la depresión y a la evaluación de la respuesta terapéutica, el Profesor Demyttenaere manifestó que es posible que escalas como la MADRS no recojan o aborden características del TDM que los pacientes consideran importantes para restaurar la funcionalidad y el sentido de la vida, y comentó que esto depende en gran parte de lo que “iluminemos”.
Recordó a los asistentes que lo que tiene importancia para un paciente puede no tenerla para otro, y que los objetivos que el médico considera básicos podrían no reflejar los deseos del paciente. El Profesor Demyttenaere presentó una encuesta que muestra que, cuando se solicitó a médicos y pacientes que calificaran diez características o síntomas de la depresión cuya remisión querían conseguir, las prioridades difirieron bastante. El Profesor Demyttenaere dijo que las preocupaciones predominantes de los médicos fueron mejorar el estado de ánimo negativo y restaurar la función, y describió las prioridades de los pacientes como el “negativo fotográfico” del cuadro clínico, ya que a los pacientes les preocupaban más los afectos positivos y la capacidad de concentración y funcionamiento.
Esto llevó al Profesor Demyttenaere a comentar brevemente la “persona y alma” del paciente y cómo el carácter y las creencias del paciente, la naturaleza de la depresión que padece y diversas variables sociodemográficas pueden tener un impacto considerable sobre el grado de respuesta al tratamiento, características que las escalas de calificación o las evaluaciones del TDM no tienen en cuenta.
Estado de ánimo y síntomas cognitivos de la depresión
En su presentación acerca del efecto de los tratamientos antidepresivos sobre esta característica a menudo incapacitante de la depresión, La Dra. Judith Jaeger, Presidente y Científica Senior de Cognition Metrcis LLC, Wilmington, EE. UU., recordó a los asistentes que las primeras descripciones históricas de la enfermedad ya reconocían la sintomatología cognitiva como una característica importante del TDM.
Asimismo, señaló que algunos antidepresivos han demostrado mejorar los síntomas cognitivos, a través de efectos que serían parcialmente independientes de los efectos que producen sobre el estado de ánimo.
La Profesora Catherine Harmer, del Department of Psychiatry at Oxford University, Reino Unido, compartió también sus puntos de vista en relación a este tema y señaló que los síntomas cognitivos de los pacientes con depresión puede incluir un sesgo hacia informaciones emocionales negativas y a déficits de la memoria, la atención y la función ejecutiva.
Apuntó una constatación reciente que sugiere que, muy al principio el tratamiento con antidepresivos puede ejercer un efecto sobre las funciones cognitivas “calientes”, es decir, ciertas funciones de la memoria y la percepción que están influenciadas por aportaciones afectivas.
La Profesora Harmer también comentó estudios que han investigado la cognición “fría”, es decir, las funciones cognitivas más fundamentales, como la atención y la concentración, y su afectación en la depresión. Explicó que la rumiación, por ejemplo, es el fracaso o incapacidad de interrumpir ciertos pensamientos, y lo comparó con revolucionar un motor con la esperanza de que deje de perseguirnos. comentó que los estudios que incluyen determinaciones objetivas de la función cognitiva, evaluaciones conductuales y estudios de neuroimagen inclusive, están ayudando a desbloquear algunas vías y circuitos neurales importantes para la sintomatología cognitiva en la depresión y a identificar diferencias en los efectos agudos y a largo plazo sobre los síntomas cognitivos del TDM de los diversos tratamientos antidepresivos.
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