El proyecto PRISM contribuye a esclarecer los síntomas que comparten varias categorías diagnósticas

El proyecto PRISM es un proyecto multidisciplinario, cuantitativo, basado en la biología y, sobre todo, transdiagnóstico, para la búsqueda de características clínicas, conductuales, de imagen y genéticas compartidas por diferentes patologías. Este proyecto, financiado con fondos de la UE, pretende poner de manifiesto sustratos biológicos comunes y se basa en la creencia de que este enfoque proporcionará información que impulsará el descubrimiento de fármacos.

En la primera fase, los investigadores han examinado la biología del aislamiento social, que está estrechamente relacionado con la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer y el trastorno depresivo mayor (TDM). Aunque los resultados son preliminares, los datos indican que la disfunción social de hecho es un rasgo común de todos los trastornos.

Además, durante el congreso virtual del ECNP de 2020, Ilja Saris, del Amsterdam University Medical Center, Países Bajos, presentó pruebas que sugieren que, en el TDM, la actividad social reducida está relacionada con una disminución de la conectividad funcional de la red neuronal por defecto (Default Mode Network), más concretamente en el córtex prefrontal rostromedial.1

La disfunción social se asocia con una reducción de la conectividad de la red neuronal por defecto.

 

Cambio de paradigma en psiquiatría

El PRISM forma parte de un amplio proyecto, también evidente en los criterios de investigación por dominios RDoC,2 para introducir un cambio en psiquiatría y pasar de los diagnósticos inciertos basados en evaluaciones subjetivas de los síntomas a diagnósticos basados en conocimientos biológicos y evaluaciones objetivas de la conducta.

Respecto a este último punto, cabe destacar el desarrollo de una aplicación para smartphone (llamada BEHAPP) para la supervisión remota pasiva.

En otra presentación del simposio del PRISM, Martien Kas, de la Universidad de Groningen, Países Bajos, explicó que la aplicación BEHAPP no solo informa del uso del teléfono y la mensajería, sino también de la localización geográfica y el alcance de la interacción social.3

Los ritmos diarios de actividad y las diferencias entre pacientes, incluidos pacientes con esquizofrenia, y controles sanos de la misma edad ya son evidentes. Y los investigadores han desarrollado un esquema para evaluar fenotipos neuropsiquiátricos a partir de los datos de ubicación que proporciona esta aplicación.4

Datos de un biobanco han demostrado que el componente genético de la sociabilidad es relevante en la esquizofrenia y el TDM.

El Profesor Kas señaló que los pacientes pueden obtener un beneficio directo de la tecnología digital que proporciona información longitudinal de la vida real. Un objetivo claro es el desarrollo de formas de asegurar que los cambios relevantes en la conducta se indican a los profesionales de la salud o los cuidadores, para permitir intervenciones más puntuales. Se dice que el proyecto PRISM ha tenido una aceptación excelente, tanto por parte del público como de los pacientes.

 

Un instrumento para el descubrimiento de fármacos

El proyecto PRISM también está explorando la genética de la sociabilidad y de la conducta exploratoria a través de modelos en roedores y de estudios de asociación del genoma completo que incluyen más de 300.000 participantes del Biobanco del Reino Unido. Este trabajo, del que habló Hugh Marston, de Boehringer Ingelheim, Biberach, Alemania, ha revelado la implicación de locus genéticos, y por lo tanto posibles dianas farmacológicas, en vías conocidas y nuevas.5

Es importante señalar que los investigadores comunicaron que, según los datos, el componente genético de la sociabilidad parece relevante para la esquizofrenia y el TDM, pero no para el trastorno bipolar ni la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores del PRISM han iniciado conversaciones con la EMA sobre cómo este tipo de biomarcadores transdiagnósticos que están descubriendo se podrían integrar en el proceso regulatorio de los fármacos que se espera que se desarrollen, dijo el Dr. Marston.

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Referencias

1. Saris IMJ et al. Scientific Reports 2020 Jan 13;10(1):194

2. Insel T et al. Am J Psychiatry 2010;167:748-51

3. van der Wee NJA, et al. Neuroscience and Biobehav Rev 2019;38-46

4. Jongs N et al. Transl Psychiatry 2020 Jul 1;10(1):211

5. Bralten J et al. bioRxiv 2019; doi: https://doi.org/10.1101/781195