En una sesión plenaria del congreso de la Sociedad Internacional de la enfermedad de Parkinson y trastornos del movimiento (MDS) de 2019, celebrado en Niza, Francia, el Profesor Angelo Antonini, MD, de the University de Padua, Italia, afirmó que la recurrencia de los síntomas motores clásicos de la enfermedad de Parkinson (EP) indica el fin del periodo estable de “luna de miel” durante el que los síntomas motores se pueden controlar, y la progresión a una fase más avanzada de la EP.
Los signos de progresión a EP avanzada incluyen el “wearing-off” del control de los síntomas motores entre dos dosis de levodopa, la aparición de movimientos involuntarios (discinesias), problemas para andar y controlar el equilibrio, deterioro cognitivo y otros síntomas no motores.1 De hecho, el 80 % de los pacientes experimentan complicaciones motoras 4 años después de haber iniciado el tratamiento de la EP, independientemente del tipo de tratamiento que hayan recibido.2
El control terapéutico de la EP avanzada pretende ampliar el efecto beneficioso de la levodopa, minimizando al mismo tiempo las complicaciones motoras, e incluye la implementación de infusiones de fármacos y técnicas quirúrgicas.3
El Profesor Antonini comentó que el control del tiempo OFF en las fases tardías de la EP constituye un problema importante, puesto que la gravedad del estado OFF varía de un paciente a otro; algunos pacientes experimentan más tiempo OFF pero conservan una buena función general, mientras que otros con un tiempo OFF muy inferior pueden sufrir un empeoramiento dramático de la movilidad durante el estado OFF.
El control del tiempo OFF en las fases tardías de la EP constituye un problema importante, puesto que la gravedad del estado OFF varía de un paciente a otro
La presencia de características no motoras incapacitantes durante el tiempo OFF, como el dolor, la disfunción vesical o los cambios del estado de ánimo empeoran la percepción del paciente de la gravedad del estado OFF. Los pacientes con EP consideran que el “wearing-off” es el problema principal del tratamiento con levodopa.4
La Profesora Jennifer Goldman, MD, de the Northwestern University Feinberg School de Medicine, Chicago, IL, EE. UU., subrayó que el mensaje para recordar es “preguntar, preguntar y preguntar”, para identificar los problemas cognitivos, conductuales y psiquiátricos asociados con la EP.
“Preguntar, preguntar y preguntar para identificar los problemas cognitivos, conductuales y psiquiátricos asociados con la EP”
Los síntomas cognitivos, conductuales y psiquiátricos son frecuentes en la EP, a pesar de que los pacientes no suelen comunicarlos y los médicos a menudo no los detectan, y pueden aparecer a lo largo del curso de la enfermedad.5 Aun así, se puede lograr identificar problemas cognitivos, conductuales y psiquiátricos interrogando al paciente y a partir de lo que comunican el paciente y el cuidador, la observación clínica, las evidencias objetivas y los criterios diagnósticos.
Los síntomas neuropsiquiátricos de la EP, en particular, tienen un efecto sustancial sobre los pacientes y sus cuidadores, incrementan la morbimortalidad y reducen la calidad de vida.6,7
Se puede observar una amplia variedad de síntomas, que incluyen apatía, depresión, ansiedad, irritabilidad, deterioro cognitivo leve, trastornos del control de los impulsos y psicosis, algunos de los cuales son efectos colaterales de los medicamentos dopaminérgicos, que aumentan a medida que la EP avanza. En la actualidad se reconoce la importancia de detectar estos síntomas en todas las fases de la EP, y se han desarrollado escalas de fluctuaciones neuropsiquiátricas.8 El Profesor Goldman afirmó que los tratamientos dirigidos a la demencia y los síntomas neuropsiquiátricos de la EP son escasos,9 por lo que son necesarios más estudios de investigación.
En la presentación final, el Profesor Nir Giladi, MD de the Tel-Aviv University, Israel, centró la atención de la audiencia en el problema de la inestabilidad postural y las alteraciones de la marcha en la EP. La afectación de la marcha es uno de los síntomas más frecuentes y discapacitantes de la EP, que afecta a la calidad de vida y predice la mortalidad y, a pesar de ello, no se evalúa cuantitativamente.10
La afectación de la marcha es uno de los síntomas más frecuentes y discapacitantes de la EP, que afecta a la calidad de vida y predice la mortalidad
Actualmente sabemos que los problemas de equilibrio predicen el desarrollo de la EP y los problemas de la marcha y posturales se experimentan unos 4 años antes del diagnóstico de la EP.11-13
Disponemos de muchas terapias prometedoras que, en grado variable, contrarrestan los problemas de la marcha y el equilibrio de la EP, incluyendo enfoques farmacológicos, ejercicio, fisioterapia y neuroestimulación invasiva y no invasiva.14 El Profesor Giladi concluyó que aprovechar la tecnología con una intervención y monitorización multimodal continuada puede ser un buen enfoque para predecir y prevenir las caídas.