¿Sobrevive la depresión porque favorece la supervivencia? Exploramos la hipótesis de que la existencia de la depresión en la actualidad se explica por su valor de adaptación a lo largo de la evolución.
La especie humana es agresiva, pero ha desarrollado estrategias para mantener la agresión bajo control. Dichas estrategias incluyen el desarrollo de jerarquías sociales (1) en las que la posición dominante es la fuerza motriz de la supervivencia, pero ¿qué sucede cuando se degrada al antiguo líder?
¿Líder o cachorro azotado?
John Price, argumentó que para mantener la estabilidad de una jerarquía, se desarrollan unos patrones de conducta muy específicos, irritabilidad hacia los inferiores, ansiedad hacia los superiores, euforia al ascender y depresión al descender en la jerarquía (2). La depresión sería ventajosa en la medida en que impide el contraataque del miembro del grupo que ha sido degradado, lo que contribuye a su supervivencia.
En el pasado, la depresión podría haber sido seleccionada por su utilidad como mecanismo de supervivencia después de haber sido destituido de una posición social más alta. Sin embargo, las estructuras sociales del entorno en el que vivimos actualmente no suelen ser tan estrictas. Por consiguiente, es posible que la depresión persista únicamente como un vestigio evolutivo.
La rumiación y la anhedonia pueden ser un reflejo de la necesidad de nuestros predecesores de resolver los problemas en situaciones de estrés.
Naufragar pensando
Más recientemente, se han planteado varias hipótesis en relación a la persistencia de la depresión. Paul Andrews y Anderson Thomas plantearon la hipótesis de la “rumiación analítica”, en la que argumentan que la depresión sería una adaptación evolutiva para analizar problemas complejos que evolucionó como un mecanismo de respuesta al estrés.3
En el pasado, para garantizar tiempo y recursos de procesamiento suficientes para resolver problemas complejos y difíciles, se desarrolló un mecanismo que permitía mantener la concentración reduciendo la exposición a las distracciones. Así, sugieren que la rumiación y la anhedonia que actualmente asociamos con la depresión podrían ser un vestigio evolutivo de adaptación de la necesidad que tenían nuestros predecesores de solucionar los problemas en situaciones de estrés.
El estado de ánimo controla la consecución del objetivo
Reducir el riesgo personal y mejorar las habilidades analíticas son dos posibles efectos beneficiosos, no mutuamente excluyentes, que podrían explicar la persistencia de la depresión. La raíz del problema es el estado de ánimo y cómo moldea la conducta para mejorar la aptitud.4
Johnathan Rottenberg sugirió que las diferencias en el estado de ánimo son el resultado del control inconsciente del avance hacia un objetivo, que origina conductas que favorecen la consecución del mismo. Los pequeños obstáculos motivan la realización de un esfuerzo mayor, pero en respuesta a los grandes problemas se suspende la actividad y se reduce el ánimo. A fin de cuentas, la persecución de objetivos inalcanzables no es adaptativa, y podría ser fatal para la supervivencia.
Las personas deprimidas podrían estar demasiado comprometidas con objetivos inalcanzables
Rottenberg también señaló que las personas deprimidas no se quedan en cama porque haber fracasado, sino porque están demasiado comprometidas con objetivos que son inalcanzables. Si esto es así, el establecimiento de objetivos más realistas debería formar parte del tratamiento. ¿Es posible que el hecho de establecer objetivos progresivamente menos realistas sea la causa de los crecientes porcentajes de depresión juvenil?
Depresión de origen neardental
Un artículo reciente señala que la presencia de genes de la depresión la desencadenó la alteración de los ritmos circadianos de nuestros predecesores neandertales (5,6). Tras su éxodo de África, el mestizaje con otras especies arcaicas de homínidos originó que el 1,5% del ADN de las poblaciones occidentales y asiáticas sea de origen neandertal.
La ausencia de genoma neandertal en la población africana subsahariana es enigmática, y sería interesante averiguar si este tipo de depresión está presente en los africanos subsaharianos y, si es así, cual puede ser su origen.