Acción positiva sobre los síntomas negativos

Más del 50 % de los pacientes con esquizofrenia presentan síntomas negativos. Con frecuencia estos constituyen una parte fundamental del pródromo y se asocian con un mal resultado funcional del paciente.

Los síntomas negativos son importantes para los pacientes y sus familias, puesto que representan una necesidad terapéutica no cuebierta. Al presentar esta sesión, la moderadora, la Prof. Silvana Galderis, de Italia, explicó que la EPA y la ECNP decidieron presentar conjuntamente este simposio educativo para promover la formación, la investigación y la defensa de los síntomas negativos de la esquizofrenia.

La Prof. Armida Mucci, de Italia, sentó las bases comentando que existen cinco grupos básicos de síntomas negativos que se clasifican en dos dominios. Esta separación de los síntomas en dos dominios está respaldada por la agrupación de ítems en la diferentes escalas destinadas a la evaluación de los síntomas negativos. El dominio de abolición/apatía incluye este síntoma, además de conducta asocial y anhedonia. El dominio de déficit expresivo comprende alogia y afecto embotado. Pruebas recientes han sugerido que la presencia de síntomas de estos dos dominios tiene diferentes efectos sobre los resultados funcionales de los pacientes, y que estos dominios sintomáticos podrían tener diferentes mecanismos patológicos.

Parece ser que los cambios en el procesamiento de la recompensa observados en los estudios de neuroimagen de pacientes con esquizofrenia diferencian ambos dominios de síntomas negativos. El déficit de actividad en el núcleo estriado ventral como anticipación de la recompensa parece estar asociado con el dominio de los síntomas negativos de abolición/apatía, pero no con el dominio de déficit expresivo. Estas diferencias no solo indican una diferencia en la fisiopatología de estos síntomas, sino que también pueden indicar nuevas oportunidades para la investigación traslacional y el desarrollo de nuevos tratamientos.

Dichos tratamientos son importantes, especialmente para los pacientes con síntomas negativos primarios persistentes (no son secundarios a la presencia de síntomas psicóticos, trastornos afectivos, déficits cognitivos o efectos adversos de la medicación). Los pacientes que presentaban síntomas negativos primarios persistentes (lo que se conoce como “síndrome de déficit”) mostraron peores resultados en términos de discapacidad global y tasas de remisión a lo largo del tiempo muy inferiores a las de aquellos que no presentaban síntomas negativos primarios.

Los pacientes que presentan síntomas negativos primarios persistentes obtienen peores resultados que aquellos que solo presentan síntomas positivos.

Los pacientes que presentan síntomas negativos primarios persistentes obtienen peores resultados que aquellos que solo presentan síntomas positivos.

La Prof. Sonia Dollfus, de Francia, comentó que a pesar del profundo efecto que pueden tener sobre los resultados del paciente, los síntomas negativos a menudo pasan desapercibidos. Esto, en parte puede ser debido a que son síntomas más difíciles de evaluar que los síntomas positivos de la esquizofrenia y a que los tratamientos actuales no consiguen tratarlos adecuadamente.  Si nos fijamos en la historia de la esquizofrenia, las primeras descripciones de Kraepelin y Bleuler ya hablaban de embotamiento afectivo y emocional como características básicas de la enfermedad. Más adentrado el siglo XX, investigadores como Dide y Guiraud o Delay, en Francia, continuaron hablando de estos síntomas negativos, hasta que en 1959 se publicación los síntomas de primer orden de Schneider, quien enfatizó la evaluación de los síntomas positivos sobre los negativos. Este desequilibrio aún se ve reflejado en los criterios del DSM-5..

Existen numerosas escalas estandarizadas para la evaluación de los síntomas negativos, algunas de las cuales permiten evaluar múltiples dimensiones de la enfermedad. Sin embargo, algunas evaluaciones de los síntomas negativos están limitadas por no incluir ítems que puedan determinar algunos factores clave o porque incluyen ítems que determinan características que ya no se consideran síntomas negativos. Además, la mayoría de escalas están basadas en la evaluación del observador, más que en la autoevaluación del paciente.

La escala autoevaluativa de los síntomas negativos (SNS) es una escala corta, de 20 ítems. Comprende 20 afirmaciones que están basadas en descripciones literales que los pacientes hacen de sus experiencias. Los 20 ítems cubren los cinco dominios de síntomas negativos y son sencillas de responder. La escala está disponible y ha sido validada en 14 idiomas. La SNS es muy sensible y específica para la presencia de síntomas negativos, e incluso se puede utilizar en pacientes con escasa percepción de la enfermedad.

La autoevaluación de los síntomas negativos del paciente es sencilla y complementa otras evaluaciones

La Prof. Dollfus concluyó que es extremadamente útil tener en cuenta la experiencia que tiene el paciente de sus síntomas negativos. Además, la autoevaluación de los síntomas negativos ha demostrado su fiabilidad en pacientes con esquizofrenia. Dicha evaluación puede aportar información complementaria a las evaluaciones médicas y puede representar una manera simple y eficiente para involucrar a los pacientes en su propia atención y tratamiento.